La magia es real:
el momento de la peor derrota
del fracaso mayúsculo,
es eso,
solo un momento.
Se tuvo que parar el mundo
tuvo que desaparecer la mirada de los otros
para que Lionel Messi
salga campeón
en un estadio vacío.
Jugó mal esa final
no te muestran en el compilado
que se enredó el 2 a 0 entre los pies
que en la última jugada la pierde
y corta la contra el Huevo Acuña.
Ganamos por azar
igual que perdimos todas las veces anteriores
el mundo es estúpido
y nadie puede estar seguro de nada.
Pero eso no importa
porque las cosas más caprichosas
disparan series de eventos encadenados e impredecibles
y mientras estás en la noche oscura
nunca eterna
se tejen las condiciones
de lo que te va a cambiar la vida.
Messi es un hiper racionalista
calcula distancias y trayectorias
con el poder de cómputo de siete misiles continentales.
Tuvo que rendirse primero a la catástrofe
y al caos después,
para convertirse en escriba de su propio relato.
Aprendé vos también.
Nosotros vimos el fixture del mundial y prometimos:
"si Argentina sale campeón nos casamos".
Ni siquiera vivíamos juntos todavía
pero yo dejé de tener miedo
el día que conversamos por primera vez.
Al menos ese miedo pendejo
de si estoy perdiendo el tiempo
y el miedo mucho más importante
de si estoy en estado de excepción en el mundo
y nadie va a hablarme de lo que no sé que necesito escuchar.
Te vas haciendo grande y no solucionás nada
pero los problemas van desapareciendo
se hunden en la arena
por eso Messi ganó el Mundial
porque ahora le preocupa más que se mueran sus viejos
o que uno de los hijos le salga arquero
o no poder volver a vivir en Rosario.
O capaz porque escuchó el rumor
de miles
de millones de promesas
y dijo
¿sabés qué?
Yo te lo soluciono.
No pasa nada.
No va a pasar nada.
No te amargués de más
cuando los hijos de puta están en el poder
cuando la depresión popular es prolongada.
Las cosas pueden volver a salir bien.
Ya vas a estar convencido de nuevo.
Va a ser fácil.
"Ahora es solo eso"
dice Messi
"es solo un momento".