sábado, febrero 26, 2011

Amor en imperfecto

No escribo poemas sobre el amor
escribo poemas sobre nuestro amor
así, con acento
sobre esos atributos;
por eso son anodinos
para cualquiera que me lleve diez años.
Cada verso es un pedazo que suelda,
la condensación de varios fracasos
o triunfos fútiles,
regulares, esperables.

Nuestro amor es invención de la rueda
cada día,
con planos improvisados,
dibujados en cuadernos
con sus manchas de café
y sus borrones
agrisando lo que otro poeta
podría haber hecho sin salir del renglón.
Es un vástago débil
pero de nutrición constante,
fortalecido por ornatos nada accesorios.

Hablo a mis socios del ensayo y error,
a los que pisan el mismo piso quebradizo
haciendo equilibrio
con los brazos en cruz.
En otro suelo no tendrían sentido,
pero sé que no son innecesarios,
porque este estadío imperfecto
precisa su propio canto.

Lo mejor que nos puede pasar
es sentir pasados unos días
que cada estrofa
que cada rima
es estúpida;
la fidelidad verdadera
está en traicionarse
cada segundo
con las mismas ganas revanchistas.