martes, junio 19, 2007

De retinas y de fuego

Está mi cámara en llamas
una lámpara de lava
de retinas y de fuego los objetos.

Filtran bóvedas doradas
de mis córneas horadadas
derretidas sin defectos como nietos.

Y el color del ojo radio mira atento.
Bien despierto.
Incinera nuevos años como insectos.
Pasatiempo.

En un plano imaginario
preso de focal engaño
veo canarios proyectarse por el tiempo.

Unas sombras enojadas
queman formas estropeadas
contrabando con escarnios del cerebro.

Y un músico literario nada muerto.
Pone el cuerpo.
Yo lo miro ardiendo extraño y sonriendo.
Canta el cuento.

19-06-07
letra para vegas

jueves, junio 07, 2007

Escena

Empieza conmigo diciendo:
-No no, lo tienen que ver, fue increíble.
Iván y el Duque bajaron de la camioneta por mi pedido redoblado y paroxista.
Leandro está parado al lado mío como en las últimas dos puestas. Juan Cruz y Pablo son el eje abstraído de lo que queremos representar, por ello están todavía sentados en el cantero. Nos miramos como diciendo “ahora”. Pero yo no digo lo mío y Juan Cruz me completa:
-¿Un parche en el ojo? Pero vos para detalle te fuiste a una trompada en la sien.
Pablo, vestido de ninja, pregunta emocionado:
-¿La radio?
Juan Cruz automatizado:
-No, acá en el cráneo.
-Ya sé boludo, lo decía en joda.
-Pensé que eras medio pelotudo nomás.
Juan Cruz me mira esperando mi evaluación como director autoproclamado. Pablo juega distraido con un shuriken. Mi recorte pasa de Leandro al Duque y termina en Iván, los dos últimos intentan reirse, Leandro prescinde del esfuerzo. Yo, explícito:
-¿Entendés lo genial? El flipe espontáneo de Juan Cruz hizo de un chiste pelotudísimo como se nos puede escapar a cualquiera, un golazo chachachesco. O más que Cha Cha Cha, como los del flaco que dibuja chistes en la Barcelona. Mirá, te la hacemos de nuevo Leandro.
Juan Cruz desorientado:
-Yo me acuerdo qué habías dicho vos pero creo que no me acuerdo el principio.
Pablo aún más:
-Yo nada.
Juan Cruz:
-Ah, no.
Yo:
-Ayer tuve una fiesta del detalle y llevé un parche.
-¿Detalle? Pero vos te zarpaste como una trompada en la sien.
-¿La radio?
-No, acá.
-Ya sé, boludo.
-No, pensé que eras un pelotudo.
Leandro me mira exigiendome el humor prometido:
-¡No! Lo hicieron todo mal, esta es otra clara evidencia de que cualquier intento de repetir una escena cae irremediablemente en la parodia y que hasta el más cruel de los dramas con un mínimo de tiempo se transforma en ridículo.
Descostillándose de risa, he cumplido, me dice:
-Chabón... ¡sos un personaje literario!
Me contraigo, me agacho, me estiro para atrás y pierdo la noción de los otros tres, cuando recupero el aire necesario:
-No no no... No! No te das cuenta lo loco que es esto. Yo veo la escena sin que vos te des cuenta porque atendés el teléfono, y de un chiste hiperpelotudo, Juan lo da vuelta. Ya ahí hay una apertura. Juan me dice que hay que escribirlo y nosotros, cuando vos venís, lo representamos para que lo veas. El núcleo una vez más no se basta así mismo y necesita salir mal para que vos me reproches en silencio y yo aporte un agregado que vos metés adentro de la escena con ese comentario.
-Chabón, estás re dado vuelta, me encanta.
-Ya sé, boludo.
-Pensé que eras bastante pelotudo, por eso.
Pablo me mira y yo estoy muriendo de risa. Leandro atiende el teléfono.
-¡No, chabón, te lo perdiste! Justo estabas de espaldas y Juancho te dice “Pensé que eras un pelotudo, nomás”.
Y la repetimos, nos reimos los tres y Juan Cruz:
-La voy a escribir.
Y yo:
-No si la escribo primero.
-Yo vivo más cerca.
-No, pará, la podemos escribir los dos y nos autobombeamos.
Y Pablo:
-¿Puedo ser un ninja?
Y risas. Hasta que vuelve Lean y dice:
-Ustedes están hechos mierda.
-No, hecho mierda estaba ayer, boludo. Me tomé el 74 en Correo Central a las seis de la mañana y a las siete y cuarto me desperté en Longchamps.
-¿Saliste ayer?
-Sí, tuve una fiesta en Retiro, una fiesta del detalle. Lleve un parche en el ojo.
-Ah, pero vos como detalle te fuiste a una trompada en la sien.
-¿La radio?
-No, boludo, la sien.
-Ya sé, te estaba jodiendo.
-Bueno, yo pensé que eras medio pelotudo nomás.

05-06-07

viernes, junio 01, 2007

Mazinger

Nada más quería conocerlo a Mazinger.
Estrechar su mano misil
y después contarle a todos:
"hoy conocí a Mazinger"
o
"el otro día conocí a Mazinger"
o
"yo una vez conocí a Mazinger".

Lo sueño casi siempre que viajo en subte.

Cada apertura de puertas
me despierta con sus vientos huracanados.




En el vagón alguien lee en voz alta.
Alrededor
tres tipos de la misma edad lo escuchan.
Son evangelistas.

No...
se ríen.


se traba
se corta
silabas inconclusas
recomenzadas
lee 'en' por 'el'
se queda sin aire
tensiona


Al lado de ellos una chica
con seis o siete hojas
y un resaltador
se siente tan alterada como yo.


te estamos molestando?
dejala estudiar!
no, está todo bien.
querés escuchar lo que leemos?
como si tuviera otra, goma de cuarta
bueno
es Christine.

Suena la chicharra
arranca
y pierdo las voces entre el serpenteo metálico.


Se turnan para leer,
ellos leen para ella,
y la miran
y ella los mira a ellos
y se rien buenamente.

Cuando leen
la voz es más fuerte
y la lectura inconstante;
cuando comentan,
completan con gestos
y cuchichean.

Se rien buenamente.




A lo mejor
los verdaderos sueños de ese misántropo perverso
se veían realizados cada vez que el robot gigante
arrasaba edificios y calles.

Seguro
que alguien tan resentido y retorcido
podía decir querer conquistar el mundo
pero conformarse con apagar la risa de varios enemigos anónimos.

Sin dudas
la sangre civil bajo los pies propulsores
era todo lo que el Doctor Hell necesitaba.



Mazinger fue construido para salvar al mundo
de monstruos como él.
Mazinger tiene un corazón de japanium
y un razonamiento infantil.

09-05-07

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