lunes, mayo 14, 2007

Sugus (2)

Ahora que ya había tramitado la cosa con los giles tenía que irse para el segundo pedido. Esperó a que doblaran por Meeks y salió él tambien para la avenida "avenida de nombre nomás, porque es más finita que sorete de gato". Apretando los dientes y con las manos en los bolsillos caminaba medio inclinado hacia adelante, puteando por el frío. Pasó por los boliches y los bares llenos de pendejos, saludó al trapero de traje y siguió dos cuadras más hasta el punto de encuentro. Era una cortada al lado de las vías, justo en la esquina había un consultorio odontologico. "Este lugar es relindo para esperar, no se porqué será pero el empedrado y el frío pegan". No se escuchaba nada. Corrió unas ramas de una libustrina y abrió un gabinete de gas vacío. Sacó una petaca plateada de adentro. Tomó.

-Les voy a ahorrar un poco de olor a bola a las chicas.

Susurró para asegurarse de que no tenía un pollo en la garganta, justo ahora que venían sus clientas preferidas. De nuevo se metió la mano en el slip y sacó las dos piedras que le quedaban. Se sentó en un cantero. "Si no fuera porque el único lugar que no te revisan los canas es la pija, la piedra de ellas no la llevaría así". Se las metió en el bolsillo de adentro del sacó. Le dio dos tragos a la petaca y el silencio era tan pronunciado que escuchó un afónico y constante tac tac tac. Alzó la vista y vio como los tacos golpeteaban rígidos de un apuro helado contra los adoquines. Se guardó la petaca en el bolsillo interno del Pierre Carden.

Hoy la Rubia venía con la petisa tetona del flequillo. La petisa tetona del flequillo era la unica que nunca le hablaba. Si bien las que arreglaban todo siempre eran o la Rubia o la Narigona, todas saludaban y hacían algun que otro comentario. Ella le tenia miedo. A él eso le daba una calentura tierna. El silencio es miedo y que te tengan miedo calienta. Un poco retorcido, sí. Como cogerse una mudita, que por más sincero que seas con la mina parece un abuso. Pero alguien se las coje...

Ella se paraba atrás de las amigas, se cruzaba fuerte de brazos apretandose las tetas (a lo mejor por eso parecía tan tetona) y miraba para abajo tapandose la mitad de la cara con el flequillo planchado mientras las otras arreglaban la transa. Le debería dar vergüenza tratar con el hampa. "Pero de algún lugar tenes que sacar porritos, nenita tetoncita flequilludita viciosita" De más está decir que era la que mejor lo calentaba de todas. Les sostuvo la vista sentado hasta que los tac tac tac pararon a dos metros de él. La Rubia se adelantó y la petisa tetona del flequillo se quedó parada atrás, mirando el suelo y asfixiandose las gomas con los brazos.

Cómo andás Fitito?
Bien Rubia, bien, cagado de frío nomás
La petisa tetona del flequillo tembló estrangulandose aún más
Ustedes, cómo va el Jardín?
Bien, como siempre. Con los nenes jodiendo viste, pero ya estamos acostumbradas. No, Vale?
La petisa tetona del flequillo movió la cabeza afirmativamente sin levantar la mirada. Él y la Rubia sonrieron.
Les traje flores
Ai, sos un dulce
Soy un caballero
No es un dulce, Vale?
La petisa tetona del flequillo sonrió mientras temblaba. Cada vez agachaba más la cabeza y cada vez se le asomaban más las tetas por el escote. Se rieron
Ustedes me trajeron los cien pesitos?
Ai, tan caballero no sos si nos vas a cobrar, che!
Y bueno... pero si querés te armo un par de onda
Ui dale

Sacó el D.N.I. del bolsillo, lo abrió en la hoja de cambios de domicilio y lo apoyó en el cantero. Desenvolvió la pelotita de papel metalizado y de la masa sacó un pedacito de arriba. Con paciencia artesanal movía la bolita entre las uñas del pulgar y el mayor, dejando caer migajas chiquitas sobre el papel. La petisa tetona del flequillo seguía todo con la vista y él exageraba los movimientos de su mano para maravillarla. Cuando terminó sacó una seda del bolsillo superior del saco y la llenó. Se paró sosteniendo la cánula y, mirando a los ojos a la petisa tetona del flequillo, lamió el borde. De un solo movimiento lo cerró y dobló las puntas detalladamente, como si le estuviera dando cuerda a un reloj. Mojó en su boca una de las puntas y le ofreció la otra a la Rubia para que haga lo mismo. Lo hizo como si fuera una pija "cómo debes petear, biarru" y lo guardó en su cartera. Él repitio el proceso con la misma pericia y le ofreció cerrar la otra punta a la petisa tetona del flequillo. La petisa tetona del flequillo dudó y miro a la Rubia que le sonreía. Entonces lo agarró con la mano izquierda temblando (parece que era zurdita ademas de petisita, tetoncita y flequilludita) y como dándole un beso imitó bastante torpemente el método de la Rubia. Se rió y se lo alcanzó a su amiga. La Rubia le dio la plata, él le dio lo que quedaba de la piedra.

Listo, Fitito
Cuando quieran de nuevo, ya sabés, ubicame en lo del Tano
Uu... me queda re trasmano. Escuchame Fitito, por qué no te comprás un celu? Así no sería tanto quilombo ubicarte
Ni en pedo. Esas mierdas suenan cuando no tienen que sonar y encima te las pinchan como si nada. No me prendo en esa boludez. Vos si necesitós algo me vas a buscar a lo del Tano, y si no estoy, le decís al Tano o a uno de los cabezones que andan ahí que sos la Rubia, que me buscas a mí y ellos te dicen dónde me podés encontrar
Bueno, o quei Fitito...
Lindas, mándenle saludos a las otras. Que la pasen bien
Vos tambiún que la pases lindo, Fitito
Chau
Bai

Sonaban los tacos, yendose por Pellegrini. Ya había cumplido con las entregas y sobraba tiempo para gansear por ahí. Ruta estaria con los otros encargos en Banfield y el Troilo en Lanús. La petisa lo había dejado bien caliente y los puchos se le estaban acabando. Venteó el frío un rato, se acostó en el cantero y se gallineó un toque pensando en las maestritas. "Estas son todas re trolas, y los giles van y le dejan los pendejos, sin saber la de porro que pegan en la semana y la pija que pasa por ahi. Eso nadie lo piensa. Me gustaría saber cuantas mamás primerizas le dejarían el pibe a estás flacas si supieran". Fumaba el último.

Senior.
Se paró y quedó duro. Un rati.
Todoenorden?
Todo tranquilo
"La puta madre, el bolsillo y la reputa que lo parió"
Esto es propiedapribada. Levántese y circule porfabor
No se preocupe oficial, ya me voy

El cana dijo que sí con la cabeza y se fue. Siguió por Pellegrini, por donde se habían ido las maestritas
La re puta madre que los re mil re parió.
Estaba muy caliente. Cómo podía ser tan pendejo. Ni a Ruta que es un borrego lo podían encontrar así, manoteándose acostado en un cantero. Había zafado de culo. Estaba enojado y excitado. Sólo tenía un remedio para eso. "Putas"

sábado, mayo 12, 2007

Sugus (1)

Los sugus todavía no aparecían. Ya eran las tres y veinte y los muy negros no aparecían. Los quería cagar a trompadas. Por sugus y por tardar, pero mós por tardar. Lo único que le faltaba era que un rati apareciera y lo metieran por tres piedritas de mierda. No quería coimear, pero si hacia falta bueno, lo que sea para no quedar guardado. Pero lo que más le jodía era que como había salido apurado se había olvidado la plata, y entonces no tenía guita para zafar. Para colmo el frío era terrible y el viento le hachaba las piernas con cada empujón. Lejos, a una cuadra o dos, se escuchaba una cumbia tropical que hervía desde un patio.

Este no es un país tropical, en Buenos Aires hay gente que se muere de frío.

Su voz le pareció bastante grave, se lo atribuyó al silencio. Prendió un Lucky y movió un poco las piernas. Esos cigarrillos le parecían una mierda. El Zurdo había llevado a la pensión unas cajas que le afanó a unos piratas del asfalto y él le había sacado una parte a escondidas, por todo lo que le debía. "Una vez que mordisquea algo y trae esta poronga". Golpeaba la punta del mocasín contra la baldosa floja. Estaba trajeado, con una polera de lana gruesa, un saco gris Pierre Carden y pantalones de vestir. Ahí sobre todo lo atacaba el frio, en las piernas. Pasaba como agua entre la telita del pantalon estirado.

Puteaba a los sugus, había pasado media hora, ya se merecían un sobreprecio mayor al habitual los muy putos. "Seguro están con la cajita. Los forros le dan a la cajita y no llegan más, se entretienen con un par de bolas vendeajo y pelotudean por el camino". Las bolitas era lo que más asco le daba de los sugus. El del quiste grasiento en la nariz le había dicho una vez: "Nuai mina como la bolita, ridonda por todo lado, la da vuelta pa donde queré. Y mientra má vieja má mejor, má ridonda se pone".

Terminó el Lucky y tiró la colilla en un macetero. Esa esquina era la que usaba para los sugus. De Meeks, dos cuadras para adentro. Era un barrio de casas de familia, pero en esa esquina había un terreno baldío con una casucha que se caía a pedazos. Por lo general esperaba adentro, había salido para ver si los veia de lejos. "Eso que dije antes es de Pappo" se distrajo "dónde carajo lo habrá dicho el Carpo?" Pateó el suelo ahora con el talón, miró el cielo despejado y prendió otro cigarrillo, le costó por lo que venteaba.

El que les había dicho por primera vez sugus había sido Ruta. Al principio no lo entendía. Ruta le dijo "porque son como los muniequitos esos de la propaganda de los caramelos. Son negritos, chiquitos, pero por adentro son dulces, no le hacen nada a nadie". Ruta es medio pendejo y por eso por lo general ponía esos apodos bastante pelotudos. Él en su puta vida había visto a los muñequitos esos (sí conocía los caramelos), pero le gustaba como sonaba el apodo, así que los llamaba igual. Además, sugus sonaba a algo como sorete, como mierda; lo que encajaba justo. "La u es una vocal de mierda". De lejos los vio, en barrita, caminando por el medio de la calle y pasándose un tetrabrick.

Estos boludos

El humo que salió cuando abrió la boca estaba sumamente concentrado. Se quedó mirando a los sugus hasta que la colilla del cigarro le quemó los dedos. Lo tiró y se sacó las pelotitas de papel metalizado del slip.

Eh Fito! como andá?
Cagado de frio, pelotudo. Donde andaban?
Tabamo n la plasa ejcabiando
Tubimo que dejá la chica paque no jodan
Forros, un dia me va a agarrar la cana y me van a taquear por culpa de unos negros como ustedes
Eh no te calenté Fito Trajite?
Sí, traje. Tengo esta grandota de treinta o la mas chiquita de veinticinco
Bamo por la de trenta que oi somo mucho lopibe
O quei está bien sequita, eh, sin semilla
Uena Fito
Ahora rajen de acá, boludos
Grande Fito
gritó el del quiste grasiento en la nariz, mientras se iba.