viernes, junio 30, 2006

Perro muerto*

Ese cacho de pelusa no es basura. En realidad quiero decirle: no es simple basura, es un perro muerto. Atropellado, puntualmente. No se trate de convencer, no esquive la mirada. Ahí se murió un animal. Un animal que con su último aliento de vida se cagó, congeló sus ojos y sacó la lengua. Ahí se pueden ver las entrañas volcadas en la calle. Pero ¿qué necesidad de decir entrañas? Al fin y al cabo tambien es perro, tambien es carne, un corazon chiquito y quieto, una bolsa de cuero antes estomago, los intestinos bañados en mierda, la sangre negra salpicando todo. Como extensión del can se deja ver la huella de la asesina rueda impresa en el asfalto con la tinta más amarga jamás preparada.
Ya está sucio el cadaver, de tantos otros autos que mancillaron su integridad canina. Aceitosos, sangrientos, mierdosos los restos del perro muerto. Alimento de hongos y moscas, chiste de gato, pena de nenes, asco de viejas, solemnidad de poetas, horror de compañeros. Ahí sigue ese perro muerto. ¿Vio que hubiera sido mejor volantear y pagar el precio de la chapa y pintura?

16-03-05
*ningún animal salió lastimado durante la redacción de este texto.

1 comentario:

Arbusto dijo...

Ya lo puse de link, al final de lo que escribí sobre el perro muerto.
Ese cacho de pelusa no es basura, claro que no.