lunes, agosto 28, 2006

Flores y losanges

Estaba hablando con alguien y lo que me decía
era tan terrible
que me descubrí
temblando.

Una hora
y media después
me di cuenta de que el tiro balanceado se había apagado.


















En cualquier momento
y sin que me lo proponga
encuentro razón para el
llanto.

27-08-06

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1 comentario:

Hélène dijo...

Somos todos propietarios de esa angustia. Terreno conocido y de sombras destinado a una reforma agraria anunciada, proclamada.

Bah, nada, me gustó el poema.