domingo, septiembre 10, 2006

Nombre

Llego a la casa vacía
mi nombre es desolación

salgo a la noche abierta
mi nombre es desamparo

camino las veredas rotas
mi nombre es melancolía

miro el piso y sigo el surco
mi nombre es cobardía

paro colectivos y no subo
mi nombre es conformismo

lloran mis ojos el viento
mi nombre es ceguera

hablo sin poder decir
mi nombre es impotencia

venticinco centavos y fumo
mi nombre es cáncer de pulmón

te miro o no te miro
no me nombres.

10-09-06

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial. miro el piso. sigo el surco. es demasiado gráfico... me invoca la imagen de tanta gente por tantos motivos diferentes... acobardada, caminando en silencio.
También de otra gente. cobardes "ininputables" a quienes nunca les podría criticar mirar el piso. Las sombras que recorren los pasillos del Borda, pidiendo 10 centavos (o veinticinco, precisamente para un pucho y cancer.... )

las autoras dijo...

nosé, te cuento.. no te conozco.. pero leí la gran mayoría de los textos que escribiste acá. eso quiere decir que me gustan.
gracias por compartirlos. seguí haciendolo.
m.

Hélène dijo...

Leí tus comentarios de un texto de mi blog... quisiera responder de manera simétrica, por cortesía incoherente, y me cuesta un poco. No sabría bien cómo presentarme, si por compartir un grupo misionero con Guada o por ser parte de el estudiantado de Filosofía y Letras (Antropología) Y ya siento que di demasiado dato y no dije nada.

Pero quizá sí dije, y esa tristeza infinita, la contradicción semántica entre un pensamiento y el siguiente, tengan que ver con quiénes somos. Y siento que no dije nada. Pero quiero seguir leyendo. Así tu blog. Lo leo, y es bien difícil hacer comentarios, más que admitir que una lee, y medita, y comparte, y asiente, y a veces no está tan de acuerdo, pero sigue leyendo.

¿De qué planeta venís chico verde? Estimo que debe haber parientes míos por ahí.
Y quizá dije mucho. O no, como dice R.E.M.

La maldita dijo...

¡Ay! eso del conformismo me hizo ruido.

Es de las peores enfermedades, de esas que te paralizan, de esas que te incapacitan, de esas que te ponen en coma y la gente ya no sabe si sirves de algo así o si mejor te desconectan... total, ni produces y respiras el aire que mejor puede ocupar otra persona.

Arbusto dijo...

Yo no creo que haya contradicción. Las circunstancias nos van determinando, se van convirtiendo en lo que somos. Muy bueno, como siempre.