viernes, septiembre 22, 2006

Ocio

Había pensado en escribir un poema,

es un buen pasatiempo

para un domingo errado.




Compré lápices para la ocasión,

papel de colores

cuadrangulares

(nunca nunca rectangulares).




Saqué punta

con el sacapuntas,

armé polleras,

y las soplé lejos.




Encontré en un cajón bajo

una goma Dos Banderas

que estaba nuevita

(a lo mejor la tenía desde la escuela).



Escribí mi nombre

recordé mi ortografía,

multipliqué varias veces mi firma.



Me preparé un café

y lo tomé con los pies sobre la mesa

como haría un poeta

como me gustaría que hiciera un poeta.



Me di cuenta

de que faltaba humo!

Corrí al polirrubro

a buscar cigarrillos.



Compré de los más franceses

los prendi con la hornalla eléctrica

fumé con la boca abierta.



Pensé en mi amada

en mi Beatriz

en mi Julieta.

Pensé en el horror del mundo,

en el hambre

en la violencia.



Alabé en mis adentros

colosales montañas y mares.

Insuflé palabras como creto,

jándula, figaña, blanes.

Medité sobre la muerte

la soledad

el vacío.

Calculé sonetos

rompí métricas

y quedé dormido.




Así transcurrió el domingo.

22-09-06


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2 comentarios:

las autoras dijo...

lo que más me gusta
es sincerarnos de nuestro show off



sí, soy medio pelotuda, sr.
autoconvencerme. me miren como escritora.


vos lo usás para levantarte minas. te faltó contar eso.



muy dominguera la reflexión
(pero hoy es jueves! y el día de la primavera!) creo que soy depresiva

chicoverde dijo...

este para mi es el hitazo
no entiendo como pasó tan desapercibido





(madrugada soberbia)