Los sugus todavía no aparecían. Ya eran las tres y veinte y los muy negros no aparecían. Los quería cagar a trompadas. Por sugus y por tardar, pero mós por tardar. Lo único que le faltaba era que un rati apareciera y lo metieran por tres piedritas de mierda. No quería coimear, pero si hacia falta bueno, lo que sea para no quedar guardado. Pero lo que más le jodía era que como había salido apurado se había olvidado la plata, y entonces no tenía guita para zafar. Para colmo el frío era terrible y el viento le hachaba las piernas con cada empujón. Lejos, a una cuadra o dos, se escuchaba una cumbia tropical que hervía desde un patio.
Este no es un país tropical, en Buenos Aires hay gente que se muere de frío.
Su voz le pareció bastante grave, se lo atribuyó al silencio. Prendió un Lucky y movió un poco las piernas. Esos cigarrillos le parecían una mierda. El Zurdo había llevado a la pensión unas cajas que le afanó a unos piratas del asfalto y él le había sacado una parte a escondidas, por todo lo que le debía. "Una vez que mordisquea algo y trae esta poronga". Golpeaba la punta del mocasín contra la baldosa floja. Estaba trajeado, con una polera de lana gruesa, un saco gris Pierre Carden y pantalones de vestir. Ahí sobre todo lo atacaba el frio, en las piernas. Pasaba como agua entre la telita del pantalon estirado.
Puteaba a los sugus, había pasado media hora, ya se merecían un sobreprecio mayor al habitual los muy putos. "Seguro están con la cajita. Los forros le dan a la cajita y no llegan más, se entretienen con un par de bolas vendeajo y pelotudean por el camino". Las bolitas era lo que más asco le daba de los sugus. El del quiste grasiento en la nariz le había dicho una vez: "Nuai mina como la bolita, ridonda por todo lado, la da vuelta pa donde queré. Y mientra má vieja má mejor, má ridonda se pone".
Terminó el Lucky y tiró la colilla en un macetero. Esa esquina era la que usaba para los sugus. De Meeks, dos cuadras para adentro. Era un barrio de casas de familia, pero en esa esquina había un terreno baldío con una casucha que se caía a pedazos. Por lo general esperaba adentro, había salido para ver si los veia de lejos. "Eso que dije antes es de Pappo" se distrajo "dónde carajo lo habrá dicho el Carpo?" Pateó el suelo ahora con el talón, miró el cielo despejado y prendió otro cigarrillo, le costó por lo que venteaba.
El que les había dicho por primera vez sugus había sido Ruta. Al principio no lo entendía. Ruta le dijo "porque son como los muniequitos esos de la propaganda de los caramelos. Son negritos, chiquitos, pero por adentro son dulces, no le hacen nada a nadie". Ruta es medio pendejo y por eso por lo general ponía esos apodos bastante pelotudos. Él en su puta vida había visto a los muñequitos esos (sí conocía los caramelos), pero le gustaba como sonaba el apodo, así que los llamaba igual. Además, sugus sonaba a algo como sorete, como mierda; lo que encajaba justo. "La u es una vocal de mierda". De lejos los vio, en barrita, caminando por el medio de la calle y pasándose un tetrabrick.
Estos boludos
El humo que salió cuando abrió la boca estaba sumamente concentrado. Se quedó mirando a los sugus hasta que la colilla del cigarro le quemó los dedos. Lo tiró y se sacó las pelotitas de papel metalizado del slip.
Eh Fito! como andá?
Cagado de frio, pelotudo. Donde andaban?
Tabamo n la plasa ejcabiando
Tubimo que dejá la chica paque no jodan
Forros, un dia me va a agarrar la cana y me van a taquear por culpa de unos negros como ustedes
Eh no te calenté Fito Trajite?
Sí, traje. Tengo esta grandota de treinta o la mas chiquita de veinticinco
Bamo por la de trenta que oi somo mucho lopibe
O quei está bien sequita, eh, sin semilla
Uena Fito
Ahora rajen de acá, boludos
Grande Fito
gritó el del quiste grasiento en la nariz, mientras se iba.
Este no es un país tropical, en Buenos Aires hay gente que se muere de frío.
Su voz le pareció bastante grave, se lo atribuyó al silencio. Prendió un Lucky y movió un poco las piernas. Esos cigarrillos le parecían una mierda. El Zurdo había llevado a la pensión unas cajas que le afanó a unos piratas del asfalto y él le había sacado una parte a escondidas, por todo lo que le debía. "Una vez que mordisquea algo y trae esta poronga". Golpeaba la punta del mocasín contra la baldosa floja. Estaba trajeado, con una polera de lana gruesa, un saco gris Pierre Carden y pantalones de vestir. Ahí sobre todo lo atacaba el frio, en las piernas. Pasaba como agua entre la telita del pantalon estirado.
Puteaba a los sugus, había pasado media hora, ya se merecían un sobreprecio mayor al habitual los muy putos. "Seguro están con la cajita. Los forros le dan a la cajita y no llegan más, se entretienen con un par de bolas vendeajo y pelotudean por el camino". Las bolitas era lo que más asco le daba de los sugus. El del quiste grasiento en la nariz le había dicho una vez: "Nuai mina como la bolita, ridonda por todo lado, la da vuelta pa donde queré. Y mientra má vieja má mejor, má ridonda se pone".
Terminó el Lucky y tiró la colilla en un macetero. Esa esquina era la que usaba para los sugus. De Meeks, dos cuadras para adentro. Era un barrio de casas de familia, pero en esa esquina había un terreno baldío con una casucha que se caía a pedazos. Por lo general esperaba adentro, había salido para ver si los veia de lejos. "Eso que dije antes es de Pappo" se distrajo "dónde carajo lo habrá dicho el Carpo?" Pateó el suelo ahora con el talón, miró el cielo despejado y prendió otro cigarrillo, le costó por lo que venteaba.
El que les había dicho por primera vez sugus había sido Ruta. Al principio no lo entendía. Ruta le dijo "porque son como los muniequitos esos de la propaganda de los caramelos. Son negritos, chiquitos, pero por adentro son dulces, no le hacen nada a nadie". Ruta es medio pendejo y por eso por lo general ponía esos apodos bastante pelotudos. Él en su puta vida había visto a los muñequitos esos (sí conocía los caramelos), pero le gustaba como sonaba el apodo, así que los llamaba igual. Además, sugus sonaba a algo como sorete, como mierda; lo que encajaba justo. "La u es una vocal de mierda". De lejos los vio, en barrita, caminando por el medio de la calle y pasándose un tetrabrick.
Estos boludos
El humo que salió cuando abrió la boca estaba sumamente concentrado. Se quedó mirando a los sugus hasta que la colilla del cigarro le quemó los dedos. Lo tiró y se sacó las pelotitas de papel metalizado del slip.
Eh Fito! como andá?
Cagado de frio, pelotudo. Donde andaban?
Tabamo n la plasa ejcabiando
Tubimo que dejá la chica paque no jodan
Forros, un dia me va a agarrar la cana y me van a taquear por culpa de unos negros como ustedes
Eh no te calenté Fito Trajite?
Sí, traje. Tengo esta grandota de treinta o la mas chiquita de veinticinco
Bamo por la de trenta que oi somo mucho lopibe
O quei está bien sequita, eh, sin semilla
Uena Fito
Ahora rajen de acá, boludos
Grande Fito
gritó el del quiste grasiento en la nariz, mientras se iba.
4 comentarios:
eselente padre!!!
Me gusta, incluso, más la poesía llamada "estos boludos" que la narración anterior :P
lo del carpo no lo atajé, che.
Bueno. Magnifico,a ver que sale de esta 'nueva' facera prosaica...
-J.
¿pero a quién estará leyendo este pibe? o ¿dónde mierda se estará metiendo?
me importa un carajo!
grande ezequiel
genial
lo mejor: el narrador. amigo de Fito, claro.
sabés que está bueno de sugus?
que me sonreía cuando lo leía
besos z.
y para arriba
estoy leyebndo los comentarios borracho
y esta buenisinimo!!!!!!!!!
ea! vva sugus_!!!!
faltasn mas partes!
"Nuai mina como la bolita, ridonda por todo lado, la da vuelta pa donde queré. Y mientra má vieja má mejor, má ridonda se pone".
oh, sí.
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