sábado, enero 28, 2012

Anacoresis

El hombre,
un herbívoro envidioso
que quiso depredar a sus depredadores
busca el útero en una cabaña
en un cuarto sin luces
en una caverna,
tan acertada la expresión criolla
de "irse a la concha de su madre".

Hubo un tiempo en que los bosques
y los desiertos
estuvieron plagados de eremitas.
Acá las pampas las ganó el Estado
y las selvas, los jesuitas.

Pero aún sobra espacio para estar solo,
aun sin jaguares que nos laman las heridas
en nuestro lecho de muerte,
todavía hay lugar para estar solo.

Buscamos refugio
porque sufrimos una guerra civil,
el cuerpo quedó una casa
pero con el techo roto.

No hay comentarios.: