jueves, noviembre 01, 2007

Counter Strike

Hubo un tiempo en que todos sabían jugar a la generala. Y llegó el Counter-Strike. ¿Cómo resistirse a plantar una bomba cuando la otra opción era agrupar puntitos negros por azar caprichoso en el cúbico marfil? Claro que los dados son de plástico pero el terrorista es menos aprehensible todavía y la tendencia parece ir hacia lo abstracto. Nuestros jóvenes están más cerca de Platón que de Jenofonte.
Así y todo las viejas se quejan y ya no se puede fumar en los bares de capital, ni llevar perros sin correa ni plantar bombas anónimas en chalets ajenos.

27-10-07

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