miércoles, abril 19, 2006

Esclavismo en Saura

En el país de Saura, los príncipes cuentan con un medio muy eficaz para conseguir el esfuerzo máximo de todos sus esclavos. Cuando se delega una partida de siervos a una tarea forzosa (cosecha, construcción, minería) se establece una jerarquía vertical perfecta, en la cual cada súbdito tiene a su merced a otro. Este orden inmenso entre ellos se cumple al punto que nadie comparte la misma relación con el poder haciendo que todas las situaciones laborales sean únicas: cada esclavo es patrón y sumiso y ocupa un preciso lugar en la escala.

El sistema funciona casi de maravilla, las situaciones de trabajo son tan variadas que no hay posibilidad de sublevación y los objetivos se cumplen a rajatabla puesto que se vigilan con recelo. No hay necesidad de tener guardias libres contratados para azotarlos, su control ha demostrado ser el más eficiente. Lo que resulta más llamativo para los visires eruditos es justamente la ferocidad con que los esclavos escarmientan a sus inferiores, ya que ni un leve asomo de empatía se deja ver en ellos, sólo piensan en descargar violentamente la ira que les da el castigo de sus superiores. Los príncipes, igualmente, no dejan de introducir pequeñas variantes intentando solucionar el único problema de este método: el último eslabón de la cadena. El Mártir, como lo han dado en llamar los sabios, es el único esclavo que no tiene a ningún otro bajo su yugo, el estrato más bajo de la partida. Éste, indefectiblemente, aparece suicidado a las pocas semanas de trabajo.

La baja constante en la mano de obra es el quid de todos los escritos económicos de Saura y, hasta ahora, nadie ha logrado resolverlo. Una novedosa sugerencia del fakir Daromis logró rebajar el impacto de este problema en los emprendimientos del reino, al imponer un régimen de trabajos extra para el encargado del Mártir si es que este pierde la vida y debe tomar su lugar. De esta forma, se aprovecha muchísimo más la vida útil de los Mártires y el ritmo de trabajo se ve menos afectado por el debilitamiento de las fuerzas productivas. Por otra parte, en las partidas laborales más grandes, se está probando en la actualidad la formación de jerarquías circulares, donde el Mártir toma a su cargo al primer esclavo en la escala (quien en el sistema vertical no es mandado por ningún esclavo, sino por el funcionario encargado de la obra). Este sistema demostró tener una tasa de suicidios muchísimo menor, pero ya han habido tres casos de amotinamiento y posterior matanza en grupos así formados. Los teóricos del trabajo aún no saben a que atribuirlos, pero las perspectivas de transformar este mecanismo en el hegemónico son escasas. Por el momento los príncipes de Saura deberán seguir sometiéndose al escarnio del Sultan, quien exige la pronta solución de este conflicto.

03-02-06

1 comentario:

La Fotocosa dijo...

Buenísimo. Así somos los esclavos.
Perfecto el final.

Ezequiel