jueves, mayo 25, 2006

Un paseo (estación quinta)

De repente él cesó de andar. Lo imitó ella y quedóse callada, adivinando que algo diría. Se encontraban en una esquina. Grises porciones de cemento pintaban el suelo.
-He aquí la anchurosa Garibaldi. Tristemente debo informarle que aquí termina la espléndida localidad de Temperley, la de las sólidas praderas. Una vez del otro lado habremos arrivado a su hermana mayor, la ufana Lomas de Zamora, ciudad de las peluquerías. Pero no se alerte, que la queridísima Avenida Meeks continúa y no por eso nuestra jornada se ve opacada.
-Qué es ese edificio de enfrente... El que se llama...
Interrumpióle él antes de que profiriera el nombre de tal lugar: -Déjeme evitarle gran escarnio por invocar el nombre de tal establecimiento. Allí enfrente se sostiene el Hades Lomense, caluroso lugar donde las almas de la zona van a parar para ser castigados noche tras noche por sus pecados. La Mansion Infernal donde cientos de adolescentes son torturados justa o injustamente por las bestias de la noche, muchas veces ellos mismos.
Evidentemente no esperaba esa respuesta ella, así que preguntó:
-¿Se supone que es un boliche?
-Cruel fachada para atraer con su hechizo a los incautos.
Quedáronse contemplándolo un buen rato hasta que ella pidióle:
-Guiame, no quiero perderme esto.
Él sonrió disimuladamente y dijo:
-Si esa es su voluntad, no voy a intentar disuadirla y de paso le comento que me parece muy bueno su espíritu aventurero. Veo que aspira a ser una iniciada en cuestiones sureñas y no voy a negarle ese camino. Lamento que no haya vino, harina ni crátera para realizar una libación en favor a su decision. Ni bueyes que sacrificar en divina hecatombe para que los dioses nos protejan en nuestra incursion. Pero bueno, aquí vamos.
Dicho esto cruzaron la anchurosa Garibaldi y encaminaronse a la esquina del Hades lomense.

06-02-05

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Me recuerda un poco a Bécquer.

Me recuerda a tantas cosas que no sé cómo explicarlo...