Soñé que te quedabas en casa
traíamos un colchón
de algún lugar
y tiraba el mío al piso
para acostarnos juntos.
Me costaba armarla
doblaba las sábanas
y no me convencía.
A la mañana me decías
cosas que me dijiste
en la vigilia,
yo lloraba y te pedía
que pienses en el olvido
de los cristianos
y la envidia que les tenía.
Un perdón sincero
no es sacarse de la piel
el aguijón y no rascarse.
Es mirar el dolor a los ojos
y soltarle la mano.
No sé si te convencía
pero asentías;
vos también estabas llorando.
Hablar es mi forma
de soltar la mano,
soñar es mi forma
de querernos mientras tanto.
miércoles, noviembre 10, 2010
Un sueño de recién
Publicadas por chicoverde a la/s 9:22 a.m.
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