jueves, febrero 02, 2017

Ab urbe condita

Un peregrino encuentra una calavera en el medio de la llanura y decide fundar un pueblo en ese preciso lugar. Sorpresivamente las rutas comerciales encuentran conveniente ese paso y el pueblo prospera. Se construye una plaza de asfalto y luego un cabildo para tener una razón para cruzar la plaza y luego un lupanar para que vayan los municipales y luego un cine para que las prostitutas visiten en su tiempo libre y luego una pulpería para que vayan los empleados de la sala y luego otro cine más porque le gusta mucho ver películas a la gente de este lugar. Una noche, de lo profundo de la plaza se oye un crujido y sale a la superficie el resto del esqueleto cuya calavera inspiró la fundación de la aldea. El esqueleto se incorpora y va para el cine donde se sienta, oh casualidad, al lado del peregrino fundador. Este lo reconoce de inmediato y corre asustado a su mansión para buscar el cráneo, que ha guardado todo este tiempo y lo considera su tesoro más preciado. De hecho, le gusta tanto el cráneo que así se llama el pueblo: Cráneo. Vuelve al cine angustiado temiendo lo que pueda suceder a continuación, una vez allí, con solemnidad y terror le devuelve la cabeza al recién levantado, pero él se niega y, aunque agradecido, le permite al peregrino que ya no peregrina conservarla. Ya no la necesita. Entonces el fundador se da cuenta de que él tampoco la necesita y que tampoco necesita el pueblo sino que su deseo más profundo es continuar su peregrinaje. Y además se acuerda de que su viaje había empezado como una promesa que nunca cumplió por fundar ese pueblo y quedarse allí. Repentinamente siente pavor, experimenta un vértigo terrible y sale así como está hacia el camino para peregrinar salvajemente. A los 10 kilómetros se da cuenta de que todavía lleva el cráneo entre sus manos, entonces caprichosamente lo estrella contra el suelo y lanza una maldición en simultáneo. El cráneo se hace polvo. Voltea y observa cómo el pueblo continúa incolumne. Algo dentro suyo quería que al romper la calavera la aldea se desmorone. Pero no, sigue allí y en breve elegirán al esqueleto sin cabeza como nuevo alcalde y todo seguirá más o menos como hasta hora y así por bastante tiempo.

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