No toda historia de amor es una historia de sacrificio. Un hombre descubre que está enamorado y que lo ha estado desde hace tiempo. Al cobrar consciencia de este acontecimiento y su magnitud en medio de una vida sin sobresaltos, se siente por primera vez genuinamente dichoso. Rápidamente mejora en todos los aspectos: deja de fumar, se ejercita, desempeña su trabajo con energía y creatividad, experimenta y se alimenta de su felicidad. Convive con su amada pero sostiene su identidad. No cede a los esporádicos caprichos de ella ni se deja atormentar por los celos, el miedo a perderla u otras ideas tontas. Todas sus decisiones son las correctas, al punto que los demás acuden a él frecuentemente para pedirle consejos. Él responde que el secreto es obrar no con prudencia sino con convicción. Se vuelve tan iluminado que pierde conexión con el resto del mundo, incluída su amada, que lo deja por alguien menos perfecto. Él le resta importancia a este accidente y continúa amando de forma impoluta. Ahora es incluso más sencillo.
jueves, febrero 02, 2017
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